En 2050, cientos de miles de personas dirán adiós a los manglares, so pena de morir junto a esas áreas que albergaban árboles notorios por su resistencia a las aguas salobres y todo un mundo paralelo.
Además de conformar hábitat y refugio de especies de aves, peces e insectos en esa inagotable cadena alimenticia formada por la naturaleza durante cientos de miles de años a la cual los humanos alteramos su delicado equilibrio con las consecuencias que todos conocemos porque las sufrimos, nos defienden de los ocasionales respuestas de la Naturaleza.
Entre los ejemplos más patentes de la crisis de las poblaciones residentes en esas zonas intermareales próximas a la desembocadura de cursos de agua dulce en latitudes tropicales y subtropicales, está la isla de Vhypin, en la costa occidental de la India, donde a diferencia de lo que ocurre en otras latitudes, la población comprende a plenitud la importancia de contar con un ecosistema de manglares saludables.
Ello que explica su denuedo en mantenerse en la zona a pesar de eventos climáticos adversos tales como aumento del nivel del mar, inundaciones de mareas y aluviones causados por temporales frente a los cuales plantan árboles en las zonas costeras de Vypin y circundantes en el sur de la India donde están los manglares más amenazados del planeta.
Las inundaciones de mareas ocurren cuando el aumento del nivel del mar coincide con factores locales para empujar las alturas de las aguas hasta niveles superiores a los habituales.
Esa localidad, situada en el estado de Kerala, fue escogida para el estudio tras su inclusión en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Considerada la mayor red mundial de esas características, la UICN, creada en 1948, agrupa más de 80 estados, 111 agencias gubernamentales, 784 ONG nacionales, 34 agencias afiliadas, 89 ONG internacionales, a unos mil científicos y expertos de 160 países.
La defensa de los manglares más que una moda o santuario para personalidades sociales, culturales y políticas en busca de imagen internacional, resulta en la protección de unas defensas costeras naturales contra el aumento del nivel del mar, mareas y penetraciones provocadas por tormentas.
Especialistas de la UICN concluyeron que esos ecosistemas están amenazados no solo en la localidad india, sino en todo el mundo,, como evidencia el caso de la zona de Salinas, en la isla caribeña de Puerto Rico, con la agravante añadida de las construcciones ilegales con fines urbanísticos y turísticos que demandan la tala y consiguiente destrucción de los manglares.
La magnitud del problema está dada por ser esta la primera ocasión desde su fundación sobre los escombros de la II Guerra Mundial, en 1948, que la UICN redacta una Lista Roja dedicada en exclusivo a los ecosistemas de manglares en peligro de desaparición.
La encuesta, a cargo de especialistas de la agrupación, llegó a la dramática conclusión de que al ritmo actual de desapariciones existe la posibilidad de que para 2050 colapsen más de la mitad de los sistemas de los manglares y, con ellos, la flora y la fauna que los puebla, una obra que a la naturaleza costó eones construir.
El informe incluye en las categorías de «En Peligro» o «Críticamente en Peligro» a casi la quinta parte de los manglares del planeta Tierra lo que implica que corren el riesgo de colapsar.
Segùn Marcos Valderrabano, administrador de Programas y uno de los principales investigares de la UICN, el aumento del nivel del mar provocado por el cambio climático es el causante de los mayores daños a los manglares.
Al término de la investigación, el profesor Valderrabano declaró que «esta fue la primera ocasión que realizamos una Lista Roja Global de manglares que valora el riesgo de que esos ecosistemas colapsen en todo el mundo y el sorprendente resultado fue que el 50 por ciento de los manglares del planeta están en riesgo.
«Cuando miramos a los modelos de aumento futuro de los niveles de los mares constatamos que 30 por ciento de los manglares existentes serán afectados y tendrán poca capacidad para sobrevivir y reclutar nuevas plantas para fortalecerse».
El especialista termina su declaración con una advertencia que resuena como uno de los trompetazos de Josué ante las murallas de Jericó: «los manglares son vitales para comunidades costeras porque pueden defenderse mejor contra eventos extremos como los tusinamis; otras que carecen de esos ecosistemas están indefensas».